¿Sabías que los LEDs pueden ayudar a mejorar tu calidad de vida? ¿Qué su luz puede ser usada para tratamientos terapéuticos muy variados? ¿Qué puede mejorar nuestro rendimiento en el trabajo y en los estudios? Pero no todo es positivo. ¿Sabes que una luminaria con un diseño deficiente puede ser un factor de riesgo para enfermedades como el cáncer o la epilepsia? ¿Que su manipulación puede crear daños a largo plazo en la visión?
Los consumidores podemos aprender qué características ha de reunir un sistema de iluminación LED para que se adapte a tus necesidades y no perjudique tu salud ni la de los tuyos. Y los instaladores podrán conocer algunos consejos para hacer buenas instalaciones y no correr riesgos a la hora de manipular luminarias con LEDs.
¿Qué parámetros de la luz pueden afectar a nuestra salud?
La luz puede afectar de varias formas en nuestra salud [1]:
La intensidad de la luz, con dos efectos posibles:
Calentamiento de nuestro ojo
Deslumbramiento
Efectos estroboscópicos, o parpadeo de la luz.
El espectro de luz
¿Calentamiento del ojo?
Comenzamos por una buena noticia. Un uso normal de un LED no produce un efecto de calentamiento del ojo. Está claro que hablamos de LEDs de iluminación y no LEDs láser que sí que pueden ser peligrosos
¿Deslumbramientos?
La concentración de luz que presenta un LED puede fácilmente superar 1000 veces la de fuentes de luz tradicionales. Estos niveles de intensidad sin duda pueden provocar molestos deslumbramientos que no son dañinos para la salud, salvo en situaciones potencialmente peligrosas cómo la conducción de vehículos.
Los instaladores y diseñadores ya siguen normas de ergonomía visual que evitan estos molestos deslumbramientos.
¿Cómo nos afecta el parpadeo de la luz?
El parpadeo de la luz está presente en casi todas las fuentes de luz artificial aunque nuestro ojo no pueda observarlo. Existen estudios que indican los posibles efectos del parpadeo de la luz en los humanos dependiendo de la frecuencia:
- ~3-70Hz, riesgo de ataques epilépticos
- Hasta 165Hz, riesgo de malestar, dolores de cabeza, alteraciones de la visión, etc.
Se ha demostrado que percibimos parpadeos con frecuencias hasta 200Hz. Pero sus efectos dependen de la sensibilidad de la persona (no todos nos vemos afectados de igual modo) y de otros parámetros como:
- Frecuencia
- Intensidad de la luz (intensidades mayores producen un mayor efecto)
- Color de la luz (rojos y azules afectan más)
- Modulación (diferencia entre el valor máximo y el mínimo de la luz. Mayores diferencias producen un mayor efecto)
Las bombillas incandescentes y fluorescentes (lo que incluye las de bajo consumo de fluorescencia) están alimentadas directamente a 50Hz (60Hz en algunos países) y por ello presentan parpadeos a la frecuencia de la red 50-60Hz y del doble de la frecuencia de la red 100Hz-120Hz, por encima de lo que nuestro ojo puede apreciar.